Año 02 - Mes 11: Octubre 2010

En Octubre acudí a una importante cita, las clásicas de Columbres donde nos juntamos todo tipo de motos: desde las clásicas que son las verdaderas protagonistas, a las más modernas y elitistas pasando por las normalitas como yo.

Como en toda reunión de clásicas, no pueden faltar las veteranas de la segunda guerra mundial…

Ni las simpáticas y omnipresentes Vespas con todo tipo de decoraciones y preparaciones.

Es una reunión donde impera el buen humor, la solidaridad, el compañerismo… pero no faltan las carreras, por supuesto.

Mira que compañera más veterana, pero en perfecto orden de marcha y con su piloto a juego que interpretaba al actor George Formby, intérprete de la película “No limit” ambientada en la carrera de la Isla de Man allá por el año 1935. Parece ser que mi compañera, una ASJ 350 de 1926, fue la moto utilizada en aquella película… casi nada.

En un descuido encontré a Santi haciéndose fotos con esta bonita Royal Enfield. ¿Pensará que yo gasto demasiado combustible…?.

La mitad del mes de Octubre lo pasé en el Concesionario por  un GRAN PROBLEMA. En realidad no es tanto pero si me tocó un poco mi amor propio. Vamos por partes. Entré en el Concesionario para hacerme la revisión rutinaria de los 120.000 kilómetros antes de que se me acabase la garantía puesto que al mes siguiente cumplía dos añitos. Una foto del libro de revisiones. Se ven las que pasé cada 6.000 kilómetros, como mandan mis Creadores. Vamos, las 20 revisiones correspondientes a los 1.000, 6.000, 12.000, 18.000. 24.000, 30.000, 36.000, 42.000, 48.000, 54.000, 60.000, 66.000, 72.000, 78.000, 84.000, 90.000, 96.000, 102.000, 108.000 y 114.000 hechas en los 22 primeros meses de mi vida. Como veis, desde que salí del concesionario en noviembre de 2008, fui todos los meses a revisión excepto diciembre de 2008, enero de d009, marzo de 2009, diciembre de 2009 y febrero de 2010. Además, los meses de agoste de 2009 y mayo de 2010 fui a hacer dos revisiones en el mismo mes. Vamos, que 21 revisiones en 23 meses da una media aproximada de 1 revisión al mes.

A la hora de hacer la revisión de los 120.000 kilómetros, me di cuenta de que YA NO TENIA HOJAS EN EL LIBRO DE REVISIONES, así que tuve que hacer un pequeño apaño con una fotocopia pegada.

Como era una revisión “grande”, cambiamos aceite y filtro, bujías, filtro de aire,... vamos, "lo que tocaba", nada extraordinario, pero aprovechamos para revisar el estado de todos los rodamientos (dirección, ruedas, basculante y bieletas de amortiguación), todo bien. Además hicimos mi segunda revisión de válvulas. La primera fue cuando cumplí un año, a los 60.000 kilómetros y todo estaba perfecto. En esta ocasión, había un poco de juego en las válvulas de escape de mi cilindro trasero pero estaban dentro de las tolerancias que marca mi Fabricante por lo que no tocamos nada. También revisamos nivel y estado del líquido de frenos, líquido refrigerante, batería,… Todo en forma y listo para seguir rodando.

El caso es que cuando ya me iba del concesionario noté que con el depósito prácticamente vacío no lo indicaba correctamente en el cuadro puesto que no encendía la luz de la reserva. Después de varias comprobaciones, y como aún estoy en garantía, el Concesionario decide cambiarme el cuadro completo y después de 10 días esperando a que llegue el nuevo cuadro desde Honda … PASO A TENER 0 KILOMETROS.

¡¡¡Que duro se me hizo el paso de los seis dígitos a UNO!!!

En fin, no es nada preocupante, sigo siendo la misma y funciono de maravilla pero… me siento un poco herida, mi orgullo mancillado y mi honor mutilado… Ya no tiene arreglo, que le vamos a hacer… Al menos tengo muy bien educado a mi piloto y lleva un control DIARIO de los kilómetros que hago por lo que no tengo mayor problema para saber exactamente cuántos kilómetros reales tengo en cada momento.

Cuando salí después de tres semanas entera parada, ya estaba bien medido el otoño.

El otoño es una estación muy nostálgica en la que bajan mucho las salidas y los kilómetros y se hace “recuento” de las aventuras vividas durante el año.

Como te puedes imaginar, aun así tenía unas ganas locas de rodar, pero el tiempo no daba para mucho.

Así que las salidas fueron cortas por sitios muy conocidos y donde ya me había sacado fotos en muchas ocasiones, por lo que cuando me encontré con un sitio bonito, Santi me hizo una buena sesión fotográfica.

Míralo aquí embobado mirándome.









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