y cientos de veteranas compañeras con muchísimos años en sus chasis, y
gran parte de ellas provienen de países extranjeros como Gran Bretaña o
Francia.
Allí vi a Santi mirando detalladamente a esta preciosa Royal Enfield
vestida de amarillo y con un motor diesel mono cilíndrico. ¿Creerá que yo gasto
mucho?.
Aprovechando la benevolencia del clima, un sábado me planté en un
pueblecito pesquero precioso en la costa Vasca, Elantxobe.
Y todo para ver un curioso artilugio del que mi piloto había oído
hablar hace tiempo. Parece ser que lo empinado del pueblo impide que el autobús
de línea pueda dar la vuelta en ninguna calle…
Así que prepararon una plataforma giratoria para que no sea necesario
hacer ninguna maniobra.
Mira el aparato en cuestión en funcionamiento:
Por supuesto, esa era la excusa, luego recorrimos una buena parte de la costa Vasca admirando el paisaje en puntos estratégicos, como este mirador cerca del faro de Machichaco…
Por supuesto, esa era la excusa, luego recorrimos una buena parte de la costa Vasca admirando el paisaje en puntos estratégicos, como este mirador cerca del faro de Machichaco…
O la siempre impresionante ermita de San Juan de Gaztelugatxe.
Eso sí, los humanos nunca dejarán de asombrarme. Mira la central
nuclear de Lemóniz en primera línea de playa. Una aberración de hormigón que
¡¡¡nunca llegó a funcionar!!!.
Menos mal que el tiempo acompañaba y disfruté de uno de los mejores
tramos de carretera de costa que conozco, hasta llegar a la enorme ciudad de
Bilbao. Bueno, concretamente a Getxo donde me hizo ilusión cruzar a
Portugalete.
Por supuesto, utilicé el espectacular y precioso Puente Colgante de
Bizkaia, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y todo eso…
Pero a mí lo que realmente me hacía gracia era que me llevaran en
volandas… aunque fuera un ratito.
Ya sé, ya sé que a veces las razones para visitar algunos sitios son,
cuando menos, curiosas…. Sobre todo si te quedan a 50 kilómetros de casa….
Y se trata de la presentación mundial de un gigante de la industria
informática.
La verdad es que el pueblo estaba simpático pintado con los colores
corporativos de la empresa.