Año 02 - Mes 10: Septiembre 2010

El resto del mes de septiembre me lo tomé con mucha tranquilidad, dedicando tiempo a los rincones de Asturias, que bien que se lo merece.


Y a alguna encantadora reunión motera como la de Turón donde llevé a mi piloto “a fartase de granos” mientras yo tenía amenas conversaciones con mis compañeras.


Esta es una de esas concentraciones hechas por cuatro amigos a base de mucho trabajo, muchas ganas y pocos medios. Aquí están los artífices: Vanesa, Noé y Choche (el hermano de mi piloto).


Lo normal es que los humanos se agrupen por sexos: los hombres hablando de motos (faltaría mas) y las mujeres hablando de… de lo que sea.

Las excursiones son pequeñas, pero aquí tenemos el bautismo motero de Mikel, seguido de cerca por mi que llevaba a su madre haciendo un reportaje de la ocasión.




























Por cierto, todas estas fotos son cortesía de Tonín. Muchas gracias amigo.


































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Año 02 - Mes 10: Alpes Franceses y Suizos 2010

Por suerte, a finales de Agosto me cambiaron las dichosas juntas y solo me quedaba probarlas para ver que dejo de “petardear” al retener bajando los puertos de montaña.


Así que me fui con mi amiga Paneuropean a hacer algunos puertos, pero no unos puertos cualquiera… que yo soy muy pija.


De nuevo me planté en los Alpes, esta vez con la idea de conocer la parte francesa y la suiza, que de la zona italiana, austriaca y dolomítica ya conozco algo.


Empezamos con un impresionante Col de la Bonette que, según los franceses, es la carretera mas alta de Europa.

Al menos eso dice el cartel que hay en la cumbre: 2.802 metros de altura.


Lo que no tengo nada claro es la utilidad de este puerto que “sube y baja” rodeando una montaña donde ya hay un paso más abajo… ¿solo es para ser el punto mas alto?

Mucho ambiente motero, fantásticas curvas, buenas carreteras, días soleados…


Pero ante todo, unos preciosos e impresionantes paisajes por todos lados.


Y como lo único que teníamos que hacer era rodar y rodar, subimos el Col de Vars.


Bajamos disfrutando del paisaje y después de muchos kilómetros de bonita carretera sin guardarrailes, llegamos al fondo del valle.


Rodamos en llano por unas bonitas gargantas durante unos pocos kilómetros.


El siguiente puerto del día,  el col d’Izoard tiene más miga turísticamente hablando

En la subida por la cara sur nos encontramos con una zona fantástica que parecía sacada de otro planeta: La Casse Désserte.


Fotos y más fotos.


Después encontramos un monumento a ciclistas de renombre…


Y a pocos kilómetros, llegamos al alto con un bonito letrero-monumento.

Una parada de vez en cuando a sacar fotos, y dar descanso y avituallamiento a los pilotos, pobrecillos.


Los puertos están prácticamente enlazados y la ruta preparada permite comenzar a subir uno nada más bajar el anterior.

Y el siguiente puerto del día es el Col du Lautaret desde donde se podía ver un impresionante glaciar…


Donde me sorprendió encontrarme con una compañera con decenas de años a sus espaldas y que aún sigue paseando a su piloto por estos puertos.


Tras una pequeña “patada” a su pedal de arranque, su pequeño motor comenzó a ronronear y se alejó de nosotras en dirección contraria. Buen viaje, veterana compañera.


Del Col du Lautaret al siguiente puerto solo hay cuatro pasos… y llegamos al Galibier.


Impresionante lo mires por donde lo mires: ¡Alpes es estado puro!.


Sigue llamándome la atención la falta de guardarrailes, la mínima señalización, las marcas viajes reducidas… ¿serán carreteras del tercer mundo o en España se “super señaliza" todo?.

Bajamos por el Telegraphe…


Con la misma sensación: solo las señales y pintura imprescindible, solo los guardarrailes necesarios, y el paisaje impresionante en todo momento.

Aunque Santi iba tan feliz viendo el paisaje, tuvo los reflejos suficientes para  sacar esta divertida y curiosa foto.


En el valle buscamos alojamiento en un pequeño y precioso pueblo, muy del “estilo alpino”.


La mañana siguiente amaneció con un tiempo lluvioso y pronóstico de nieve a partir de los 2000 metros.


Pero las carreteras bien asfaltadas, la falta de guardarailes absurdos, el buen trazado, los bonitos paisajes y el ambiente motero nos hicieron encaminarnos al siguiente puerto con la esperanza de encontrarlo abierto.

Aunque por momentos el tiempo ya presagiaba problemas y aun estábamos a mitad de camino…


Los pronósticos no fallaron: día 30 de Agosto y puerto cerrado por la nieve ¡increíble!.


Varios coches que bajaban nos dijeron que la ladera norte estaba aún peor y solo permitían el tráfico con cadenas.


Bueno vale, imposible coronar así que media vuelta y a por el plan B, no sin antes disfrutar de los paisajes, por supuesto.

Y es que bajando el puerto parecía que se abrían algunos claros para dejarnos ver espectaculares imágenes.


Así que nos encaminamos a otro puerto mítico del tour de Francia…

Que teníamos previsto hacer a la vuelta pero por la nevada invertimos el orden.


Es imposible no reconocer el carácter mítico en el Tour de este puerto.


Al siguiente puerto, el Cormet de Roselend accedimos por carreteras mucho mas secundarias…


Y en la bajada nos encontramos con unos precios pantanos.


A través de otros pequeños puertos…

Nos adentramos en la preciosa Suiza con sus paisajes de ensueño…


Y sus preciosos trenes.


El pronóstico para hoy sigue siendo de nieve a partir de los 2000 metros y se puede ver claramente las cumbres cubiertas aunque en el fondo del valle hace un día precioso.


Afrontamos el primer puerto suizo con serias dudas puesto que el cartel al comienzo de la subida indica que el puerto está cerrado.


No nos cortamos y ascendemos con la esperanza de cruzar alimentada por las compañeras que bajan y nos dicen que el puerto está abierto.


Finalmente coronamos sin demasiados problemas aunque con  una duda: si en Agosto hay un metro de nieve… ¿Cómo estará esto en invierno?.


La verdad es que los postes de la carretera dan una idea de la altura que puede alcanzar la nieve en estas zonas.


El ambiente es muy gélido a pesar de estar en verano pero los paisajes son espectaculares.

Por supuesto, a medida que descendemos la nieve desaparece dejando unos contrastes entre el blanco y el verde que son dignos de fotografiar una y mil veces.


Bueno, los siguientes puertos parece que serán menos problemáticos. Sobre todo el primero al que le tenía unas ganas especiales. ¿Adivinas que puerto es?.


Tengo que reconocer que hay un antes y un después de este puerto, tanto por sus paisajes impresionantes…


Como por su particular pavimento…


Incluso su sinuoso trazado me cautivó.

Tanto que apetecía parar en cada curva.


¿Ya había dicho algo de los paisajes?


Y todo eso pese a estar en obras en algunos puntos.


Además, existe una alternativa mucho más moderna para coronar este puerto y la puedes ver al fondo, prácticamente metida en su totalidad en un falso túnel…

Seguro que coronas más rápido pero, ¿tu cal escogerías?.


Después de un buen rato de disfrute total con alguna que otra pequeña dificultad añadida…


Coronamos para comprar los típicos recuerdos…


Y comenzamos la bajada donde nos encontramos con el fantástico carruaje tirado por cinco caballos que recorre este puerto desde hace décadas.


Si, si, yo también estaba allí.


También me llamó la atención la gran cantidad de pantanos que hay por todos lados, algunos incluso a muchos metros de altura.

Después comenzamos el ascenso a uno de los puertos mas míticos de Suiza, con una pequeña parada para sacarme una foto con su famoso tren tirado por una locomotora de vapor de cremallera (que no vimos).


Poco hay que contar de la subida, mejor te haces una idea en esta foto.

Aunque unos kilómetros más arriba, por encima de los 2000 metros, la nieve aparece a los lados de la carretera y las nubes tapan parte del paisaje.


Coronamos el FurkaPass con niebla, bajamos…

y comenzamos a subir el GrimselPass desde el que se puede ver el Furka al fondo.


De nuevo mucho frío y algo de niebla.


Preciosa la bajada por la cara norte, unos pantanos impresionantes con un agua de un color raro e indescriptible…


En uno de los pantanos más famosos de los Alpes con grafiti incluido.

Intentamos cerrar el anillo de los “Pass” pero nos encontramos con el SustenPass cerrado a cal y canto. Subimos un poco pero las compañeras que bajaban nos quitaron todas las ganas, así que dormimos al pie del puerto y dejamos para el día siguiente este otro pequeño reto. Segundo puerto cerrado por la nieve en pleno mes de Agosto. A pasar la noche y esperar.

Amanece un día radiante y el letrero de la base del puerto nos informa que ya podemos pasar, así que no perdemos un minuto para encontrarnos con algunos de los paisajes más fantásticos de la excursión.

Y es que esta zona es preciosa, repito, preciosa. Sin duda, la zona más bonita de lo que conozco hasta el momento.

Por fin coronamos el SustenPass a primera hora, aún no habían abierto la cafetería siquiera.


En el fondo del valle me saqué una foto con una zona fantástica que tenía ganas de conocer pero las prisas y las sombras me jugaron una pasada y la foto no hace justicia al precioso entorno.

Nos desviamos un poco para subir al OberalPass que, después de los anteriores, nos pareció un poco soso.

Eso si, tuvimos que repetir el FurkaPass pero en esta ocasión con un paisaje totalmente despejado y unas vistas espectaculares en cualquier dirección.


Seguimos camino con alguna parada técnica por causas de fuerza mayor…


Y dejamos esta zona y nos dirigimos al sur desviándonos momentáneamente por una preciosa carretera con un puente espectacular….


Que nos lleva al alto de otro puerto mítico de los Alpes Suizos, el SimplonPass.
 
Con este puerto damos por cerrados los “Pass” y comenzamos el regreso atravesando todos los puertos posibles como el Grand Saint Bernard que nos pasa de Suiza a Italia.

Ya en este país, dormimos a la sombra del Mont Blanc.

Al día siguiente tomamos el Petit Saint Bernard para cruzar a Francia.


Eso si, sin abandonar nunca los paisajes espectaculares.


Y nos encaminamos al primer puerto que no pudimos subir por culpa de la nieve, pero en esta ocasión atacándolo por la cara norte y con un sol radiante.

Y aquí estamos, costó trabajo pero coronamos a la segunda.

Mucho ambiente motero y fantásticas vistas de bosques, montañas y glaciares por doquier.


Nuestro viaje va aproximándose a su fin pero aún nos quedan unos cuantos puertos por coronar y muchos paisajes por descubrir.

Con la Croix de Fer y el Col du Glandon que están casi pegados, damos por cerrados los puertos “en tránsito”.

Solo nos queda hacer 21 curvas, todas con nombre propio de consagrados ciclistas, y que dan paso a espectaculares paisajes…


Para coronar el que sería nuestro último puerto alpino de estas vacaciones.

Así dimos por finalizado el viaje y solo nos quedaba recorrer los 1.800 kilómetros que nos separaban de nuestras casas por aburridas autopistas que, al menos, nos deleitó con compañeras de otra filosofía y otro continente.

Desde luego, todo un viaje que siempre recordaré con nostalgia.









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